No Pienso


No pienso seguir escribiéndote cartas, pues ha sido una pérdida de mi tiempo porque tal como te las entregaba, se quedaban. No te molestabas en sentirte curiosa por saber que decían, que expresaban aquellas palabras que dejaba sobre ellas, ni mucho menos las desdoblabas para hacerme creer que hiciste el intento de saber que era lo que decía, de saber que era lo que te quería decir, pues siempre has sabido que mi fuerte nunca fue hablar de frente, pues prefería la manera más simple de hablarte, ya que era la manera en la que sabía que esas palabras se quedarían siempre hay, contigo y no se las llevaría el viento.
No pienso seguirte rogando por tu amor que es más que inexistente, algo ficticio, que cada vez que me buscas para después perderme, dejas esa, no pequeña, sino gran ilusión vacía y el corazón muerto, no sin antes desarmarlo como rompecabezas y perder cada fragmento de él en la cama de alguien más, lo cual me hace ver que es más que claro que no puedo, ni debo rogar un lugar en tu vida, pues ese lugar no es para mí ni nunca lo será, algo que siempre he negado a ver, que siempre me he negado a aceptar.
No pienso seguir alardeando de lo tanto que te quiero, de lo mucho que te amo, mucho menos buscare escuchar ya de tus labios tus dichosos “te quiero”, esos que suenan más falsos que promesas de presidentes, ni haré que mi nombre quede encerrado en un corazón, acompañado de un “te amo” porque me hiciste ver de la manera menos pensada que no todos tienen el privilegio de sentir lo que es amar o querer, tal como tú, que no espero que lo entiendas, pero en cuento lo hagas sé que no será fácil para ti aceptarlo.
No pienso seguir creyendo que en algún momento de tu vida tendrás miedo a perderme como yo lo he tenido por tanto tiempo, porque sería absurdo pensarlo, más cuando tu no tenias ya nada que perder, pues nunca has tenido algo que despierte ese miedo, aquella sensación de perder lo que le da color a ese mundo gris que te rodea.
No pienso volver a mandarte ese mensaje de buenos días que dejabas en visto cada que los leías y terminaba siendo ignorado, más cuando te había dicho que estaría para ti, para lo que fuera, pero vi que no había reciprocidad de ti hacia mí, menos aquellas veces que te recordaba la importancia que tenias en mi vida, en que verte se volvió una necesidad toxica.

Por último, no pienso volver a pensar en ti como lo he hecho desde que apareciste en mi vida, desde que absurdamente tropecé en la tuya, porque lo tuyo siempre ha sido estar sola, que andar acompañada.

Texto registrado bajo derechos de autor. Autor: Ryan A.