Nuestro dolor no olvida que alguna vez fuiste mía, que
alguna vez te pertenecí únicamente a ti, no olvida todas esas promesas que nos
hicimos, ni mucho menos las risas que tuvimos cuando de la nada nuestras
platicas cambiaban y pasábamos de algo serio a algo con gracia, no olvida todos
esos lugares que quisimos visitar antes de juntarnos, ni cuando nos perdíamos un
día entero sin avisarle a nadie donde estábamos.
Nuestro dolor no olvida todas esas mañanas silenciosas en tu
casa, cuando solo estábamos nosotros dos, sin alguien más que lo arruinara, no
olvida todos esos besos que nos dimos, los abrazos que nos quitaban el frío,
las platicas incesantes sobre lo más raro hasta lo más normal, el intercambio
de ideas y opiniones que teníamos, no olvida las veces que nos decíamos te amo,
ni cuando en detalles nos los demostrábamos.
Nuestro dolor no olvida las canciones que nos dedicamos, que
cantamos, no olvida las cartas escritas, una tras otra, algunas diciéndonos te
amo, otras pidiéndonos perdón, no olvida esas miradas que reflejaban nuestras
almas amándose de una manera infinita, no olvida los sueños que tuvimos, los
sueños que realizaríamos, no olvida la manera en que resolvíamos los
conflictos, ni las razones por las que buscábamos estar siempre juntos.
Nuestro dolor no olvida todas esas feches especiales que
tenias, los cumpleaños que tanto nos festejamos, no olvida aquellos días festivos
que tratábamos de vernos, pero sobre todo no olvida el día que nos conocimos,
el día en que todo comenzó.
Nuestro dolor no olvida todo lo que quisimos ser, no olvida
que una vez intentamos ser el amor de nuestras vidas.
Texto registrado bajo derechos de autor. Autor: Ryan A.
Texto registrado bajo derechos de autor. Autor: Ryan A.