Fuiste tú, quien escribió las primeras líneas de esta historia con una sonrisa, pero también la que escribió las últimas palabras de los que fuimos, la que hizo de mi, alguien mejor, la que hizo de ti, alguien sorprendente, comenzando con algo que no sabíamos si funcionaria, si llegaría a existir un nosotros, pero así fue.
Fuiste tú, quien puso lo mejor de ti, esperando a que yo pusiera lo mejor de mi, sin importar que nuestras ideas fueran diferentes o los criterios desiguales, seguiste buscando la manera adecuada de mantenernos de pie entre diferentes situaciones poco comunes.
Fuiste tú, quien con tu manera de ser y la forma en que caminabas, me hizo ir detrás de ti, sin saber que pasaría, sin saber que esto se volvería un amor irrealista, lleno de ilusiones y confusiones, lleno de dudas, en las que fuimos e hicimos miles de intentes que terminarían y terminaron siempre en los mismos resultados.
Fuiste tú, quien se canso de construir una fortaleza, un hogar para los dos, porque viste que en nosotros el amor no hacía efecto, porque te volviste indiferente, mientras yo lo ignoraba por completo, ya que no sabía que era, ni tu cómo se sentía, porque no supe cuidarlo, porque no supimos como se vivía con los sentimientos hechos un caos, quien me dejo solo por lo que fui, por lo que me volví, porque a gritos mudos, pedías que estuviera contigo, sin importar nada, cuando no sabía ni cómo lidiar conmigo.
Muchas veces no llegamos a darnos cuenta de lo que esa persona que esta con nosotros, hace a diario para que estemos bien, vemos más las cosas con un bien para nosotros mismos sin tomar en cuenta a quien busca construirnos con fragmentos de ellos.
Texto registrado bajo derechos de autor. Autor: Ryan A.
